ÉRASE UNA VEZ UNA PRINCESITA QUE SÓLO COMÍA FRESAS. SU PAPÁ, EL REY Y SU MAMÁ, LA REINA LE DECÍAN QUE TOMASE PLÁTANOS, MANZANAS, SANDÍAS... PERO ELLA SE NEGABA, HASTA QUE UNA DÍA, ESTANDO SENTADA EN EL JUARDÍN OYÓ UNA VOCECITA LLORANDO: ERA UN DUENDECITO DENTRO DE UNA FRESA QUE SE HABÍA PERDIDO AL CAERSE DE UN CEREZO...
UNA VEZ FINALIZADO EL CUENTO, DESCUBRIMOS EL FRUTO DEL CEREZO: LAS CEREZAS. Y DECIDIMOS HACERLAS CON PLASTILINA. AQUÍ LAS MOSTRAMOS PARA QUE LAS VEÁIS:
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